Duele reconocerlo, pero la
Procuraduría General de Justicia y otras autoridades afines, viven el nivel más
bajo de credibilidad, en muchos años.
Las pifias, los errores y las fallas, han creado este momento de
incredulidad.
Hace algunos años, esa
dependencia vivió momentos similares por los mismos errores, fallas e
ineficiencias.
Pero de alguna manera se había recuperado una parte de la confianza
popular. Pero de nuevo cayó en crisis.
Obviamente, la causa es la
tragedia de Iguala, en Guerrero. Creemos que el presidente tendrá que tomar
medidas enérgicas.
A nivel estatal, la justicia ha cruzado momentos muy difíciles también.
Que yo recuerde, uno de esos momentos fue cuando vivieron en La Paz los
hermanos Carrola.
Miguel Ángel, comandante en La
Paz y su hermano cuyo nombre no recuerdo, prácticamente saquearon el estado.
Dejaron familias empobrecidas, a través de la extorción, con cualquier
pretexto, para no consignarlos.
Momentos difíciles también vivió
la procuración y la impartición de justicia, durante el gobierno de Leonel Cota
Montaño. ¿Lo recuerdan?
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