Los políticos piensan -no
siempre, claro- que basta con tener un deseo y obtener un cargo público o popular.
Lo que los políticos no piensan, casi nunca, es si la gente está
dispuesta a votar por ellos para
cualquier cargo.
¿Cuántos aspirantes a todos los
cargos públicos por elección, se han quedado en el camino?
Posiblemente miles, a lo largo de la historia de Baja California Sur.
Hay políticos verdaderamente
populares, que sí merecen el cargo por su carrera política y que la gente los
lleva al poder.
Desgraciadamente son muy pocos. Como muy pocos son los honestos y
realmente preocupados por servir a la gente.
Como siempre, en estos días
surgen personajes políticos en busca de su anhelo personal, que no siempre
coincide con el ánimo popular.
Es decir, una cosa es lo que ellos piensan, sueñan y anhelan y otra lo
que el pueblo quiere.
Un consejo para los políticos:
primero, antes que nada, pesen su poder real y después sueñen.
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