La segunda, cuando me hicieron creer que existía Susana Babich.
En el primer caso, llegué a
Banpesca y le pregunté a la secretaria si estaba su jefe. Me dijo que sí. Que
en un momento saldría.
Cuando el funcionario salió, le advertí que no sabía nada de pesca y
que me disculpara mi ignorancia. Adelante, me dijo.
Le hice como 5 preguntas y en
cada una consultaba a una persona que estaba a su lado. “Oiga”, le dije “por lo
visto usted sabe menos que yo”.
Me aclaró: “es que soy el director nacional y este chaparrito es el
gerente regional”. Me sonrojé de vergüenza.
En el caso de doña Susaba Babich fue
de esta manera. Ramón Cota le preguntó a Luis Montes Pinal que si ya me había
presentado a la dama.
De inmediato saqué mi libreta y mi pluma, porque me sonó a ruso, sobre
cuya colonia cercana a Ensenada había hecho muchos reportajes.
¿Cómo se escribe?, pregunté
emocionado. Ramón me dijo: “no seas tonto Raúl, te están albureando”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario