jueves, 6 de febrero de 2014

Blanco y Negro

De mi paso por Ensenada, recuerdo dos vergüenzas. Una, cuando entrevisté al director de Banpesca.

La segunda, cuando me hicieron creer que existía Susana Babich.

En el primer caso, llegué a Banpesca y le pregunté a la secretaria si estaba su jefe. Me dijo que sí. Que en un momento saldría.

Cuando el funcionario salió, le advertí que no sabía nada de pesca y que me disculpara mi ignorancia. Adelante, me dijo.

Le hice como 5 preguntas y en cada una consultaba a una persona que estaba a su lado. “Oiga”, le dije “por lo visto usted sabe menos que yo”.

Me aclaró: “es que soy el director nacional y este chaparrito es el gerente regional”. Me sonrojé de vergüenza.

En el caso de doña Susaba Babich fue de esta manera. Ramón Cota le preguntó a Luis Montes Pinal que si ya me había presentado a la dama.

De inmediato saqué mi libreta y mi pluma, porque me sonó a ruso, sobre cuya colonia cercana a Ensenada había hecho muchos reportajes.


¿Cómo se escribe?, pregunté emocionado. Ramón me dijo: “no seas tonto Raúl, te están albureando”.

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