Después de la cuarta cancelación de
su cita con el Grupo Reflexión, Héctor Jiménez Márquez tiene nuevo apodo.
“Su Alteza Serenísima, Duque de Pichilingue y Archiduque del Mogote”.
Resulta –dijo la mitotera- que el
profesor, que ahora tiene cero en conducta, canceló la cuarta cita, sin avisar
a nadie.
Cuando lo investigamos si estaba fija la fecha del encuentro, se nos
informó que el señor tenía cita el miércoles en el DF.
Lo peor de todo es que Jiménez Márquez
no ejerce lo que la docencia enseña y la decencia exige: atención a sus semejantes.
Aunque hay que aclarar que, de acuerdo con su estirpe real, el grupo es
un grupo de mozalbetes grafiteros, que no merecen la menor atención.
El problema es que, como decimos
en otro espacio, Jiménez Márquez no se ha integrado nunca a la sociedad paceña
y sudcaliforniana.
Considera –desde su visión de alteza- que el grupo no merece la pena
desvelarse un día para escuchar tonteras.
Lamentable, muy lamentable. Todos
los grupos sociales merecen respeto, así se trate de los más humildes
habitantes de Baja California Sur… que no lo somos.
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