Para desgracia nuestra, ya
entramos a las grandes ligas de la delincuencia nacional. Tan bien que íbamos,
dijo el de la panguita.
El único ex gobernador que faltó al evento de la conversión a Estado,
fue Narciso Agúndez. Quién sabe que andaría haciendo.
En cambio, el más cínico de
todos, Leonel Cota, andaba repartiendo saludos y abrazos como si hubiera sido
la gran cosa.
Por cierto que en ese evento estuvieron Memo Mercado y el Tony Ortega,
sentados en el mismo espacio que Leonel.
Nomás faltaron Griselda Uribe y
Román Pozo, víctimas de las absurdas acusaciones del leonelato.
Me hubiera gustado observar la actitud de Leonel y de Memo, que ya tenían
un rato sin convivir.
Claro que aunque hubiera ido, me
hubiera resultado difícil observar, si como dicen algunos, que con trabajo
miro.
La historia es así y así son los seres humanos. Un día se pelean y
otro, se abrazan como si nada hubiera pasado.
Pero, en el caso de Mercado,
Griselda y el Tony Ortega, Leonel se pasó de tueste. Creo que ni siquiera
ofreció una disculpa pública.
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