Leonel, enterado de que el pueblo no quiere
saber nada de él, le canta al pueblo: “… me importa madre que tu ya no me
quieras. Me importa madre que me quieras o no…”.
Narciso le canta al pueblo la cancioncita esa,
de paquita la del barrio: “… tres veces te engañe…”. ¿Tres? Se me hace que son
más.
Los comundeños le
cantan a Pancho Pelayo, poco conocido en las lides políticas la canción de
Cri-Cri: “… ¿Saben quién es ese que anda ahí?...”.
A los perredistas, ahora en desgracia,
reducidos a cenizas, el pueblo les canta: “… los cochinitos ya están en la
cama…”.
“… Uno soñaba que era
rey (Leonel) y de momento quiso un pastel…”. Y el pastel fue tan grande que le
duro casi seis años y se lo comió el solito.
Dicen los que lo han visto, que desde que no
gano la gubernatura, Luis Armando parece que tomo “chiquitolina”. Que cada día
esta más chaparrito.
Ataque frontal a la
corrupción ofrece Andrés Manuel López Obrados. Dice, además, que su gobierno
creara 7 millones de empleos.
Primero que nos diga dónde quedo la maleta
repleta de dólares que le entregaron a su entonces secretario particular René Bejarano.
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