Estoy sospechando que estoy muy salado. Le fui a México y perdí. Le fui
a Brasil y perdí.
El domingo simpatizaba con Argentina
y ganó Alemania 1-0. Qué mala pata.
Aunque esto no es nada nuevo. Hemos ido de pérdida en pérdida desde
hace algunos años.
En política, por ejemplo, mi
gallo era Manríquez y perdimos. Apostamos por Labastida y volvimos a perder. Lo
dicho: estoy salado.
Eso me recuerda el chiste del amigo que le dice a su esposa: “cuando me
caí del caballo, ahí estabas tú.
Cuando me caí del tractor, también
estabas ahí. Que se me hace que la salada eres tú”.
Cuentan que cuando el Conono boxeaba, le dedicó una pelea al
gobernador. Pero la perdió.
Para consolarlo, el gober le dijo
al Conono: “ni modo, ya será en otra”. Y Conono le respondió: “ande qué, salado”.
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