A medida que se acercan los
tiempos, los precandidatos a todo, pero sobre todo a la gubernatura, empiezan a
asomar sus rostros.
Algunos intensifican sus llamadas telefónicas a sus simpatizantes y
amigos.
Otros, se acuerdan que es
necesario pasar lista de presente y hasta te vuelven a saludar.
Hay quienes durante largo tiempo sufren de amnesia y no recuerdan a
nadie.
Ah, pero cuando se acerca la
temporada de cosecha, cambian radicalmente su actitud.
Hay políticos sinceros y hay políticos demagogos. Hay quienes sienten
afecto y hay quienes lo fingen.
Esos son nuestros políticos y políticas.
Hay de todo en la viña del señor.
Yo quisiera que abundaran los sinceros y que se acabaran los falsos. Es
imposible.
No se le pueden pedir peras al
olmo.
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