Sin embargo, no trascendió. No prendió. Pasó casi desapercibido.
Dicen quienes asistieron al
evento, la inauguración del Aura Solar, que el mini-abucheo salió de un grupo
de tres personas, pero que se apagó inmediatamente.
Culpan a los priistas porque el evento, aunque fue oficial, el
presidente Peña Nieto pertenece a ese partido.
Como quiera que sea, estos actos
no deben repetirse más, pues exhiben al Estado como principiante en política,
nos avergüenzan.
Esta es la segunda ocasión que ocurre. La primera fue en contra de
Esthela Ponce, en el informe de Marcos.
La política no es abucheo. Es
convivencia respetuosa, es acuerdo, es conciliación.
En pocas palabras, civilidad. Es decir, convivencia armónica por muchas
que sean las diferencias de color o de ideología.
Propongo que, los dos partidos,
los grupos en pugna, lleguen a un acuerdo para no utilizar el abucheo como descalificación
política. Sudcalifornia no merece esa actitud.
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