Si un informe es bueno, la gente lo reconocerá, lo aplaudirá.
Si es malo, el pueblo lo
rechazará y criticará.
Hay informes que, en principio, parecen buenos. Pero que, al final de
los tiempos, la verdad saldrá a la luz pública.
Como el pueblo recordará, un
ejemplo son los informes presidenciales. Son aplaudidos, aclamados, vitoreados,
pero al paso del tiempo, la verdad flota.
En estos días oiremos el informe de Marcos Covarrubias, gobernador del
estado. Desde mi muy particular punto de vista, será un buen informe.
Se hablará de mucha obra pública. Sobre todo en
materia de escuelas de todos los niveles.
Pronto oiremos también
el informe de Esthela Ponce. Ha sido un enorme esfuerzo que valdrá la pena
escuchar y juzgar.
Tanto
Marcos como Esthela, tienen un punto a su favor: son honestos y sinceros.
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