miércoles, 8 de enero de 2014

Blanco y Negro

Los políticos locales, aspirantes a la gubernatura, han empeñado su palabra de que respetarán a los adversarios.

En tiempos pasados, bastaba empeñar la palabra para que se creyeran unos a otros; ahora, las cosas son muy distintas.

Ni el monte de piedad respetaría hoy la palabra de un político. Por fortuna, en Baja California Sur todavía existen políticos de palabra.

En los tiempos de nuestros abuelos, la única palabra que valía, entre las mujeres, era la del matriarcado.

Las matriarcas eran jefas de familias numerosas, generalmente pudientes, que servían de ejemplo a los varones.

En los tiempos modernos se respeta más una letra de cambio o un cheque postfechado, que la palabra.

Lo digo y lo sostengo: por fortuna, en estos tiempos modernos, todavía hay, entre los políticos, que cumplen su palabra.

Entre los políticos, aún existen políticos jóvenes, pero que saben cumplir su palabra.

Ojalá así continúen y que nunca los contamine la mentira y la falsedad.

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