Lo leí en la Internet.
Seguramente lo escribió un gordito: “no dejes para marrana, lo que puedes hacer
oink”.
Otro parecido. La niña gordita le dice a su mamá: “En la escuela me
dicen gorda”. La mamá le contesta: “pobrecilla”.
Enternecida la niña mira dulcemente
a su madre y le dice: “gracias mami, tu siempre tan linda”. Y la mamá le
responde: “no, pobre silla en la que estás sentada”.
Dicen que el Peje va a demandar a Medica Sur, porque se empeña en que
use amlodipino, para el corazón.
Que porque el medicamento debe
llamarse Amlo ama a Los Pinos, la casa presidencias.
Por cierto, corremos el riesgo de que el PRD se convierta en un
monstruo de dos cabezas y dos colas, como el ballenato que apareció en BCS.
Las dos cabezas podrían ser la de
Leonel y el Peje. Y las dos colas (por largas) la de Narciso y Rosa Delia.
La política es diálogo, concertación, charla y entendimiento. Y eso
hicieron ayer Esthela Ponce y Ricardo Barroso.
Este acercamiento diluye el
esfuerzo de los amarra-navajas, que se empeñan en dividirlos.
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