Decíamos ayer que muchos
políticos de ahora, o muchos de ellos, ya no practican lo que en años
anteriores se conocía como “mano izquierda”.
Ahora la más derecha de las manos izquierdas son las del Peje, Leonel y
Rosa Delia.
También decíamos ayer que es posible
que surja un precandidato a la gubernatura desde las minorías políticas.
El único que puede lograr ese propósito es Alfredo Porras Domínguez, lo
más sano de la izquierda sudcaliforniana.
Existen jóvenes políticos que no
conocieron la cortesía, la atención, la amabilidad. Y eso, acaba con la
política y los políticos.
No sé si estaré equivocado pero siento que las nuevas clases políticas
no toman en cuenta que, ser amable, pero sobre todo ser humilde, es lo que hace
un buen político.
Recuerdo, entre los políticos
jóvenes que vi nacer, a un José Manuel Rojas, un Jesús Murillo Aguilar, un Raúl
Rousseau.
Y de los actuales un Bernardo Montiel, José Antonio Parra, Fabricio Del
Castillo, entre otros poquitos. Muy poquitos.
Ojalá que los políticos nuevos
aprendan de los de antes. Pero les cuesta mucho hacer una llamada, invertir en
ella 3 minutos y establecer esa tan necesaria relación humana.
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