jueves, 30 de enero de 2014

Blanco y Negro

Si Todos Santos es la Capital del Apodo, La Paz es su sucursal. Tan bueno el giro como el colorado.

Cuando yo conducía el programa Contacto Directo en la NT, que duraba dos horas y a veces más, un día me invito a desayunar a Todos Santos el profe Manuel Salgado.

Después del desayuno me preguntó, muy serio, que si mi lengua era eléctrica o de pilas. Así gane el apodo de Lengua Eléctrica.

En otra ocasión, en Mazatlán, un funcionario de la Reforma Eléctrica me dijo que me había buscado por toda la pinchi península.

De inmediato el profe salió en mi defensa y en defensa del estado. Le dijo: “en primer lugar, la península no es pinchi y usted no va a ofender aquí a mi tripa lavada”.

Cuando llegué a La Paz, los del Eco de California me bautizaron como “Nalguitas de Mochila sin Cuadernos”.

Y eso que nunca me vieron en traje de baño, si no me hubieran apodado Canillas de Churro Crudo.

Uno de los apodos recientes que me  hicieron reír fue “Cachetes de Ardilla Chuniquera”.


El otro fue el colmo del ingenio “fachada de Zorra Zalatera”.

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