No lo va usted a creer pero la
justicia, en Baja California Sur, tiene color: Es azul y blanco.
Así se pintaron los edificios del Tribunal Superior de Justicia, la
Procuraduría y otros edificios similares.
Sinceramente creo que el Congreso
debiera legislar sobre los colores institucionales de la procuración e impartición
de justicia.
No es sano que cada gobierno que llega pinta como quiere los edificios
de la justicia. Deben tener un color institucional. Pudiera ser el del escudo
estatal.
Y lo ideal sería que esos colores
nunca cambiaran, así gobierno quien gobierne.
Se supone que la justicia es independiente de partidos, de grupos, de
poderes, ajenos a su propia institucionalidad.
Cuando los edificios se pintan de
un color determinado, se pierde la objetividad, la imparcialidad.
Bueno, esa es la impresión que se da y no es correcta, pero se presta a
malas interpretaciones.
La justicia no debiera prestarse
a partidos políticos, ideologías o grupos en el poder. La justicia es única e
impersonal.
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