jueves, 15 de agosto de 2013

Blanco y Negro

¿Qué tiene Baja California Sur que tanto atrae y retiene a los no nacidos en este lugar y que cuando llegan, no quieren irse?

Lo descubrí hace algún tiempo: el gran respeto por la vida. Y que, además, todos somos alguien importante.

Así como lo lee: todos. Lo mismo el bolero del Palacio de Gobierno que el propio gobernador. Por eso uno se arraiga.

Conozco casos de gente que, proveniente de otros países, nunca más regresaron a sus pueblos de origen. Un caso es el de César Atilio Abente Benítez, piloto militar de Paraguay.

Vino a La Paz para tomar un curso de aviación, se enamoró de la ciudad y de sus habitantes, y se quedó para siempre.

Otro caso fue el del señor Salomón Tuchmann, originario de Croacia y que nunca más volvió a pisar el suelo que lo vio nacer.

Debe haber cientos de ejemplos, pero yo registre, estos dos, y me quedaron muy grabados en la mente.

Así es Sudcalifornia. Así son los sudcalifornianos. Sobre todo muy identificados con gente de estados vecinos como Sinaloa, Sonora, Chihuahua y Baja California Sur.


Esta tierra es generosa, hospitalaria, humana y gentil. Dios bendiga a Sudcalifornia.

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