Entre otros, el Oficial Mayor de gobierno, que practica la misma
actitud.
Es descortés, desatento, maleducado. En varias ocasiones intentamos hacer contacto con él, vía teléfono.
Pero el señor, que seguramente se siente también de sangre azul, no
contesta, no se reporta y le vale.
Como Jiménez Márquez, ignora a la
prensa, y ni siquiera sospecha que, como funcionario público, está moralmente
obligado a ser atento.
Así que, como el titular de la SEP, los señores tienen “cero en conducta”
como en La Escuelita de Ortiz de Pinedo.
Lo curioso del asunto es que
funcionarios de mayor rango, incluyendo al señor gobernador, sí se reportan a
las llamadas.
Lo hacen, entre otros, el secretario general de gobierno, Armando Martínez
Vega; el secretario de Desarrollo, Joel Ávila y el Procurador de Justicia,
Gamil Arreola.
En otro tema, la justicia
mexicana sigue dando tumbos. Perdonamos a una secuestradora y dejamos libre a
Rafael Caro Quintero. Bonita cosa.
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