miércoles, 31 de julio de 2013

Blanco y Negro

Desde hace algunos años, la Secretaría de Educación Pública ha estado en manos de personas que no llenan el perfil educativo y que más bien son políticos. Y malos políticos.

Desde los tiempos de Leonel la SEP fue puesta en manos de profesores, ciertamente, pero sin el perfil para el cargo.

Mejor dicho, se aprovechó esa dependencia para hacer política. Y no política de altura, por cierto.

Un ejemplo palpable fue el de Víctor Castro, que desde la SEP se perfiló para la alcaldía de La Paz. Fue, por cierto, muy mal presidente municipal.

Omar Castro, tampoco fue el idóneo en el cargo, junto con otros funcionarios perredistas, de triste memoria.

Sinceramente creo que el gobernador, Marcos Covarrubias, perdió una gran oportunidad para quedar bien con la sociedad, cuando renunció el último titular de la SEP.

Y se decidió por Héctor Jiménez Márquez, más político que profesor. Es más: es un guerrillero de la política panista.

Es decir, tampoco llena el perfil de un verdadero maestro, con vocación, con amor por el estudio y por la cultura.


Jiménez Márquez tiene, como único mérito para ese cargo, el pertenecer al partido que actualmente gobierna. Y eso es todo.

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