Al parecer, terminó el conflicto que vivían el
Congreso y la Procuraduría. Lástima. Tan sabroso que se estaba poniendo.
Pero por fin se impuso
el sentido común y los altos intereses de Baja California Sur y ya se vislumbre
una solución.
Un lector sugiere que se cobre impuestos a las
ballenas, por dar a luz en laguna Ojo de Liebre y San Carlos.
Y no sería mala idea
que los dueños de perros y gatos también aportaran algo al ingreso municipal y
estatal.
Es histórico que un alcalde, en alguna parte
del país, obligó a las amas de casa a pagar impuestos por cada ventana de las
casas.
Caguamero por dos razones: cuando se podía comer
caguama y por las bebidas espirituosas ambarinas envueltas en papel periódico (mmm).
Ojalá y no se les
ocurra a los señores diputados gravar a los peces de la bahía y los que están en
pecera en las casas.
Cambiando de tema, hay nombres de políticos que
suenan más que en el juego del cani-cani, para ocupar delegaciones federales.
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