Los políticos mexicanos son expertos en hacer
el ridículo. Y lo hacen con una facilidad que asusta. Veamos algunos ejemplos.
Manuel Bartlett, era
Secretario de gobernación cuando Cuauhtémoc Cárdenas ganó la presidencia, en
1988.
Bartlett tenía acceso al sistema que
contabilizaba los votos. Así que “tumbo” el sistema y Carlos Salinas “ganó” la
presidencia.
Ahora, Bartlett es
senador por el PRD, el partido que “perdió” la elección del 88’.
Y lo peor de todo es que, ahora, don Manuel
desconoce a Enrique Peña Nieto como presidente electo de México.
Analicemos el asunto.
Bartlett hizo perder al PRD y ahora es su senador. Son esas cosas que los
mexicanos no alcanzan a digerir, por lo ridículo de los políticos.
Doña Chayito fue
dirigente nacional del PRD, fue expulsada de ese partido y ahora trabaja para
Enrique Peña Nieto.
En este caso el ridículo lo hace el PRD y no
doña Rosario, que es una mujer congruente y hasta valiente.
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