Es una infamia y una injusticia que los del gobierno piensen que Narciso Agúndez pudo haber cometido el delito de peculado.
Peculado es: Apropiación indebida del dinero perteneciente al erario público por parte de la(s) persona(s) que se encargan de su control y custodia.
¿Cómo pueden pensar los del gobierno que un hombre tan decente, honrado, incapaz de tocar un cinco, pueda cometer un delito de esa naturaleza?
¿Cómo el mejor gobernador que ha tenido Baja California Sur va a pensar, siquiera, en distraer un dinero que no le pertenece? Ya ni la ingan.
¿Cómo pensar mal de un hombre que siempre rindió cuentas, que pretendió la justicia, que no permitió que una pandilla se apodere del gobierno?
¿Cómo pensar que mal de un hombre que pudo enfrentar, con valor y entereza, el juicio de la historia, enfrentando a sus detractores?
¿Cómo se les ocurre que un hombre todo decencia, protector de los débiles e incansable luchador social pueda cometer un delito así?
Definitivamente, eso es una sospecha que hiere el más hondo sentimiento patrio de un hombre que amó, sobre todas las cosas, a su querida tierra.
Es más: yo propongo que el Vaticano inicie un proceso para convertir a Narciso en el primer santo sudcaliforniano. San Narciso.
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