
En Comondú no saben si votaron por un alcalde o por un sombrero. Y no saben quién es el alcalde: el Tano o el sombrero.
Marcos saludó al reportero, desde lejecitos. Pensé que caminaría los seis pasos que nos separaban, pero ni se movió. Ojalá y no sean los primeros síntomas del mareo del poder.
No sabía que a LAD le decían “el Malamen”. Y es que cuando quiso ser gobernador, todos rezaban: “…y líbranos del mal, amen…”.
Afortunadamente Diosito oyó los ruegos de los sudcalifornianos, aunque sigue haciendo daño en Los Cabos.
La pregunta inocente del mes: ¿Cuántos funcionarios del gobierno estatal y municipal hicieron declaración patrimonial?
Dice mi “amigo” Salvador Salgado que yo no puedo preguntar a nadie: ¿cuándo nos vemos? Qué cruel.

Aunque también puede significar el color de muchos funcionarios que parecen aguacates: están muy verdes y tienen un hueso muy grande.
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