
El señor De Ocio, en El Triunfo, así como en la región de San Antonio, no
dejó nada bueno.
Bueno, sí dejó algo bueno: los hoyos
de las minas.
La explotación de El Boleo, en Santa Rosalía, dejó como resultados
enfermos y muertos. Y nada más.
De nuevo en estos tiempos, la
amenaza de la minería pesa sobre la cabeza de Sudcalifornia.
Se asegura, que todo el territorio estatal está concesionado para la explotación
minera.
De otorgarse esas concesiones, la
salud estaría en grave problema.
Es la desventaja de que las concesiones mineras se otorgan en la
capital del país, sin conocer la realidad sudcaliforniana.
Habrá que enfrentar esta amenaza
con toda valentía, coraje y decisión.
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