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Es que la ambición los vence sin importarles el mal que le causan al
partido, que ya lo tienen dividido.
Carlos Mendoza, se supone,
pertenece a la corriente de Ernesto Cordero, pero a nivel local, tiene ya, la bendición
del mero mero.
En otros temas, ahora sí se puede decir que la Conagua ya tiene agua. Y
en qué cantidades.
“Parece que estamos en Moscú”, me
dijo un amigo. Se refiere a la gran cantidad de moscas y de mosquitos que nos
tienen locos.
A veces nos da la impresión de que Marcos Covarrubias tiene pacto con
Tláloc, el Dios de la lluvia.
Nomás dice las palabras mágicas “se
suspenden las clases”, y la amenaza de huracanes, ciclones y tormentas tropicales,
desaparecen.
Agarran otro rumbo, se vuelven erráticos, se pierden de visitar a Baja
California Sur.
Lo sentimos por aquellos alcaldes
que esperan que les lleguen centavitos federales para manotear uno que otro
recurso económico.
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