En 1971, cuando llegué a La Paz, fui a
reportear al PRI y escuché la charla de dos amigos que me dejó impactado por el
humor negro. Este fue el diálogo.
- Oye, amigo. ¿Qué me cuentas de tu hermano? El
rostro del interpelado se ensombreció.
- Y contestó: “allá en México, amigo. Tiene cáncer.
- Me. El que se va aliviar
con un veganin, le dicen.
Bueno, amigos. Estoy muy orgulloso de haber
ganado, por segundo año consecutivo, la medalla al odio panista. El año que
viene iré por la tercera.
Me están diciendo que
Lucio, mi amigo, renunció a la medalla. Eso lo enaltece y lo honra.
Los que no quedaron muy bien parados son los
señores diputados que ya demostraron que ni tienen criterio, ni saben leer y
escribir.
Cuando estuve en
Ensenada en 1978, me extrañó que los policías me saludaban con mucho respeto y
hasta se cuadraban a mi paso.
En los lugares públicos la gente me saludaba y
me decía licenciado.
Después supe que era
un clon del alcalde, Jorge Moreno Bonet. Cuando me conoció, se sorprendió del
parecido… y me declaró su hermano.
Luego les contaré otras anécdotas de mi hermano
Moreno Bonet.
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