domingo, 16 de junio de 2013

Blanco y Negro

Lo leímos en la Internet: “Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo… y por los mismos motivos”.

Un principio de Derecho, en México, es: “nadie e

s culpable, hasta que se demuestre lo contrario”.

En el caso de Granier Melo, como en el caso Memo Mercado: “nadie es inocente, hasta que se demuestre lo contrario”.

Núñez, como Leonel Cota, primero disparan y luego averiguan. Como que es una táctica perredista-ingativa.

Soy de los pocos que, en el mundo, no pueden decir “lo vio con muy buenos ojos”.

Lo oí en la radio: “en política hay candi-gatos, candi-burros y candi-perros”.

En Xalapa, Veracruz, surgió el candi-gato Morris. Está hermosísimo. Lástima que no pueda ser ni diputado, ni senador. Bueno, cenador si... de ratones.

El candi-burro es un candidato que no entiende nada, que no sabe sonreír, que hace puras promesas falsas, y que, al final, no sirve para nada.


El candi-perro es el que, de plano, nomás va por el hueso. De esos tenemos miles de ejemplos en México.

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