En una violenta
averiguación de amigos, la guapa contrincante espetó a su adversario: “¿Quién
va a saber tú, más o yo?” Ahí acabó el altercado, en medio de la risa de todos.
El compañero de baloncesto era
irremediablemente malo, tanto que, en un mal pase, alguno le dijo: ¡Lo que pasa
es que eres un endejo!, y él contraatacó exclamando: ¡Pero más que tú, sí!
En la casa de una
familia amiga mía no dejan pasar una. Cuentan de una visitante a la que le
comentaban que por más que regaban el jardín, el suelo de éste permanecía seco.
La causa, dijo, es que “las flores observan la
humedad”.
Aquella maestra de
ceremonias presentó a la esposa del gobernador Bonifacio Salinas Leal, la
señora Altagracia Cantú, como doña Bonifacia Cantú de Salinas.
Igual cosa ocurrió a aquel conductor de un
programa oficial, que presentó a la esposa del gobernador Hugo Cervantes del
Río, la señora María Luisa V. [Vallejo], como doña María Luisa viuda de
Cervantes del Río.
La admiradora de mi
amigo Miguel Ángel Norzagaray le preguntó si conocía un tango que no era tan
trágico como los otros, titulado 6 de enero.
Intuitivo, el maestro preguntó a la dama si se
refería a Noche de Reyes. Respondió que sí, que efectivamente.
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