miércoles, 15 de mayo de 2013

Blanco y Negro


Tuve el honor y el gusto de hacer radio en Guadalajara, Ensenada, Mexicali y Nuevo Laredo, Tamaulipas. Pero donde más ejercí ese oficio, fue en La Paz.

En tres ocasiones diferentes, conduje el programa insignia de don

Pancho King, Contacto Directo.

Tuve también el triste privilegio de anunciar la muerte de don Pancho, junto con mi amigo de siempre, Oscar López Arvizu.

Me pasaron muchas cosas, algunas graciosas como la que les cuento. Habló una señora para decirme que iba a rifar una yegua.

Le dije que con mucho gusto la pasaría al aire pero que, como condición, me dijera su nombre completo.

No, porque se va a reír, me dijo. Le expliqué que Oscar y yo éramos profesionales y que nunca nos reíamos de nadie. Les juro que lo dije enserio.

Bueno, me dijo, me llamo Beneplácita Domínguez. Solté la carcajada y me reclamó. Ahogado por la risa le dije que me perdonara.

Era una mujer con mucho sentido del humor. Me dijo que como se apellida Domínguez y se llama como se llama, en el barrio le decían que era pariente de Placido Domingo.

Terminamos, Oscar y yo, siendo invitados a desayunas por doña Beneplácita, de la que nos hicimos muy amigos. Le mando un cordial saludo.

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