Pues, como dice Rafael Cardona, colaborador de
Pepe Cárdenas: el chavo del Chapo resulto el chavo del 8.
Es decir, es un
ciudadano común y corriente, que nada tiene que ver ni con Guzmán ni con la
delincuencia organizada.
Una pifia más, del gobierno federal, que cada
rato se pone en ridículo deteniendo gente que no es.
No cabe duda que la política
transforma. Ahí tienen a Chepina que ya perdió la dimensión de las cosas y de
autocalificarse como la mejor, ahora dice que es la única.
También dijo que esta a dos puntos de Peña
Nieto. Y ha de ser cierto. Nomás que un punto ha de ser de México a la Isla de
Sumatra y otro de México a Shanghái.
El Peje, por su parte,
jura y perjura que va adelante en las encuestas. Otro que también perdió la
cabeza.
Por cierto que AMLO ahora significa A Maquío Lo
Obredorizo. Es decir, lo cubro con mi manto de honestidad.
Y no me explico como
Manuel Clouthier se presta como comparsa de un hombre que ya perdió el sentido
de las cosas. Con tanto dinero que tiene.
Si gana Chepina o el Peje, este reportero va a
tener que cambiar de oficio, de domicilio, de país y hasta de sexo. Es más: me
rapo.
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