Durante una semana, de domingo a domingo, pasé unas magníficas vacaciones en el hotel de cinco estrellas: El Hospital Salvatierra.
Un servicio magnífico. Unas enfermeras atentas y amables. Unos médicos eficientes. Hasta los camilleros son dignos de alabar.
Cuando la doctora Sonia me dijo que me iban a hemodializar, pensé que me iban a idealizar.
Que me iban a dar trato de ídolo. Chance y hasta una estatua, como a Pedro Infante me hagan, pensé.
Durante mi estancia viví varias veces, como dijo la enfermera Verónica, la hora pico.
Un piquete por aquí, un piquete por allá.
Mi agradecimiento eterno para médicos y enfermeras. Y para los muchos lectores que oraron por mí.
Que se encontraron Blake Mora y Mourinho en el más allá. “Estaríamos mejor con López Obrador”, le dijo uno al otro.
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