Los invito a disfrutar, del
ingenio de Eligio Moisés Coronado, las confusiones de sus conocidos. Buen
provecho.
Mis amigas encontraron a su cuñada en una zapatería, y ésta les informó
que estaba ahí buscando unos zapatos destalonados de la punta.
Platica Estela que un gallego,
cuando encontró lo que buscaba
afanosamente, en vez de la exclamación griega ¡Eureka! exclamó ¡Euzkadi!
Cuenta Emmanuel que aquel estudiante de Odontología quedó reprobado en
el primer semestre porque se refirió a una lesión en el paladar inferior.
Algo así como cuando el ranchero,
para explicar que su compadre era muy tacaño, dijo que era más duro que la
quijada de arriba.
Aquel presidente municipal de Comondú expresó, en su último informe de
gobierno, que a él podían acusarlo de todo, menos de imparcial.
La tía recomendó a su hija que
fuera a practicarse análisis porque estaba muy gorda y posiblemente ésa fuera
la causa de sus malestares de la última semana.
Al término de los exámenes, la tía platicó a la familia que a la chica
le resultó ¡diabetes en fase temprana y los sisticercos hasta el cielo!
De una amiga mía: "Las
oportunidades están siempre a la puerta de la esquina."
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