lunes, 27 de enero de 2014

Blanco y Negro

Resulta muy difícil producir frases ingeniosas o de buen humor, cuando le duele a uno el costillar derecho.

Eso de caminar como caballito recién nacido, tembloroso y con las patitas entrecruzadas, no lo inspira a uno para hacer humorismo.

Por eso, habrán notado, me aprovecho del ingenio de otros para cumplir la sagrada misión de hacerlos sonreír todos los días.

Espero su comprensión y el perdón del Filósofo de Güemez.

Por cierto me cuentan que en la zona Pacífico-norte, los vecinos de esas comunidades se quejaron de que por culpa de la Ley de Gravedad, el agua no llega a sus pueblos.

Y cuentan también el que el diputado Pancho Pelayo, con el rostro iluminado, como todo buen panista, se ofreció intervenir en el problema.

Micrófono en mano, el señor se comprometió que tan pronto regresara al DF, tomaría cartas en el asunto.

Dijo que, desde la tribuna de la Cámara, pediría la abolición de la Ley de Gravedad.


Los vecinos que lo escuchaban, no sabían que hacer: soltar el llanto o la carcajada.

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