miércoles, 16 de octubre de 2013

Centenario de la muerte de Belisario Domínguez (última parte)

Con relación al Doctor Ignacio Chávez Sánchez, el eminente cardiólogo que fundó el Instituto Nacional de Cardiología, podemos destacar tanto su faceta científica como la educativa. Con respecto a la primera podemos señalar que estudió en Francia la especialidad que lo haría famoso a nivel nacional e internacional. Probablemente no haya existido un mexicano en el siglo XX que haya recibido más reconocimientos internacionales. El Doctor Chávez fue reconocido como doctor o Rector Honoris Causa en 95 universidades del mundo y fue laureado con incontables condecoraciones y premios entre los que destacan la Orden Nacional de la Legión de Honor otorgada por Francia y el Premio Nacional de Ciencias en México. La medicina y Francia hermanan a Ignacio Chávez y a Belisario Domínguez en la larga dimensión del tiempo.

Su labor como educador a la que dedicó buena parte de su mensaje cuando recibió la medalla Belisario Domínguez fue notable. Su destacada labor en este campo se inició siendo rector de la Universidad de San Nicolás de Hidalgo, en Morelia; admirador del iniciador de nuestro movimiento de independencia, tuvo el privilegio de ocupar la misma responsabilidad académica que tuviera Miguel Hidalgo. Culminó sus afanes educativos siendo rector de la UNAM y dejó ahí sembrada la semilla de la superación académica. Fue, también, miembro fundador del Colegio Nacional y uno de los dos mexicanos que fueron invitados a depositar sus avances científicos en la cápsula del tiempo de la feria mundial de Nueva York en 1965. 

Es más que oportuno incluir en esta brevísima relación de galardonados la figura de Jaime Sabines, poeta de excepcionales virtudes y miembro, en dos ocasiones, del Poder Legislativo Federal. Vinculan a Sabines con Belisario Domínguez tres circunstancias; desde luego, su origen chiapaneco; a lo cual debemos agregar la militancia de su padre Julio Sabines, como Mayor en la fuerzas militares de Carranza y, por último, su participación legislativa, él en la Cámara de Diputados y Belisario Domínguez en el Senado de la República. La poesía de Jaime Sabines ha trascendido las esferas tradicionales en donde se crea o se lee la poesía, para arraigarse en una cultura popular que se identifica con Jaime Sabines a través de poemas que reflejan un sentimiento que tiende a empatizar con quien los lee o los escucha. 

Su poesía ha merecido el reconocimiento de personajes como Octavio Paz quien no duda en incluir a Jaime Sabines entre los autores más destacados de la literatura latinoamericana. Muchos de sus poemas han sido traducidos a doce idiomas y el otorgamiento de la Medalla Belisario Domínguez adquirió las tonalidades que revisten el reconocimiento a un ciudadano ejemplar. 

La historia y su manera de interpretarla se bifurcan en la búsqueda de ángulos de mayor consistencia analítica. Así, hay quienes ven en los personajes relevantes la explicación del devenir histórico; otros, la encuentran en el comportamiento cotidiano de las sociedades que van acumulando en el tiempo los elementos que propicien el paso de la cantidad a la calidad en los fenómenos sociales.


En todo caso, personajes como Belisario Domínguez y quienes desde su tarea diaria honran su compromiso con la vida y la sociedad, constituyen la esencia del tiempo histórico.

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