jueves, 5 de septiembre de 2013

Blanco y Negro

Lo leímos en la Internet: a palabras embarazosas, oídos anticonceptivos.

Los priístas de Los Cabos presumen el nombre de su hermoso dirigente: Modesto.

El de de Comondú no hace malos quesos. Se llama Placido.

Ahora, el dirigente estatal, Juan Alberto Valdivia, tendrá que usar su tercer nombre: Federico.

No hay que olvidar que los priístas ya tuvieron un Agapito. Nomás les falta tener una Beneplácita.

Yo no sé si usted los haya visto famélicos, desnutridos o pobres. Yo no.

Me refiero, obviamente, a los maestros revoltosos de Oaxaca. Yo los imaginó gorditos, sonrosados y vigorosos.

Y la gran pregunta sigue siendo: ¿quién los mantiene? ¿De dónde sale la lana?


Los habitantes del DF ya están pensando muy seriamente en hacerle un monumento al “maestro desconocido”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario