Prestigio
Cuando en 1970 llegamos a La Paz, la clase dominante no era la del
dinero ni la de la política, sino la magisterial.
Los maestros eran la clase social más destacada en el estado. Los principales
cargos públicos y de elección popular eran ocupados por maestros, que gozaban
de un alto prestigio personal y gremial.
Si de algo puede presumir Baja California Sur, es de sus maestros y
profesores. Fueron –y algunos siguen siendo- verdaderos apóstoles de la educación.
En las comunidades, eran el modelo social, benefactores del pueblo y asesores
permanentes de sus habitantes.
Con el tiempo, las cosas cambiaron. La clase política rebasó a los
maestros y dejaron de ser lo que siempre fueron: el ejemplo a seguir.
A partir de 1999, año en que el PRD ganó las elecciones, la Secretaría
de Educación Pública fue ocupada por maestros políticos muy identificados con
la izquierda. Y se puede afirmar que, desde entonces, esa dependencia dejó de
ser orgullo de los sudcalifornianos.
Llegaron, entre otros, Omar
Castro y Víctor Manuel Castro, más guerrilleros que políticos, sin una base
humanista que pudieran influir en la educación del pueblo. Tomaron el cargo
como plataforma para alcanzar otros objetivos, también de tipo político.
Descortesía
El actual secretario de la SEP,
Héctor Jiménez Márquez, sin ese lustre, sin ese prestigio, que tuvieron los
maestros sudcalifornianos, tuvo un acto de descortesía para el Grupo Reflexión.
Fue invitado a la sesión anterior, pero no asistió. Y lo más grave: ni siquiera
se disculpó. Es decir, el Secretario de Educación Pública demostró que no tiene
la menos educación. El Grupo Reflexión es la voz y la conciencia de la sociedad
y merece, al menos, una explicación.
¿Usted le cree?
¿Usted le cree a Rosa Delia,
amigo lector, al decir que su hermano del alma y conductor de su vida política,
Leonel, ya no es perredista, que ya no tiene más su grupo incrustado en el PRD
local y que no determina el accionar de este partido? Yo tampoco. ¿Usted le
cree a Rosa Delia al afirmar que no necesitan aliarse con el PAN sudcaliforniano
para ganar una elección? Yo tampoco. No cabe duda que se aprecia a lo lejos la
desesperación por tener el manjar tan apetitoso que representan para el clan
Cota Montaño las posiciones políticas y administrativas que se manejarán en la
madre de todas las elecciones en Baja California Sur, como lo serán las del año
2015, en que se renovará el Poder Ejecutivo Local, la totalidad del Congreso y
los cinco Ayuntamientos. Por sus afirmaciones en los medios, por sus
estrategias electorales adelantadas y por sus acercamientos con algunos
personajes panistas de la localidad, así lo demuestran. Si no fuera por la
animadversión que tiene López Obrador por todo lo que huela a panismo,
seguramente lo buscarían, como lo hicieron en el pasado, para que, junto con el
Movimiento Ciudadano, unirse en un frente común electoral los amarillos, los
azules y los anaranjados en contra del odiado PRI y sus posibles aliados, como
el Verde Ecologista y Nueva Alianza. Los Cota Montaño ya presentaron, muy
anticipadamente, su juego, sus cartas y su estrategia político-electoral. No
hay nada nuevo bajo el candente sol sudcaliforniano. Son los mismos argumentos
que manejan desde que el Zar de ese clan, Leonel, fue Presidente Municipal de
La Paz, desde ahí catapultado a una Diputación Federal y, después, para
desgracia de los nacidos o por adopción de esta tierra, gobernador del estado.
La piedra está en el camino, no se ha movido, sería una real equivocación de
los sudcalifornianos tropezarse de nuevo con ella… Hasta el lunes. Dios los
bendiga a todos.
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