jueves, 1 de agosto de 2013

Política en su Tinta

Prestigio

Cuando en 1970 llegamos a La Paz, la clase dominante no era la del dinero ni la de la política, sino la magisterial.
Los maestros eran la clase social más destacada en el estado. Los principales cargos públicos y de elección popular eran ocupados por maestros, que gozaban de un alto prestigio personal y gremial.
Si de algo puede presumir Baja California Sur, es de sus maestros y profesores. Fueron –y algunos siguen siendo- verdaderos apóstoles de la educación. En las comunidades, eran el modelo social, benefactores del pueblo y asesores permanentes de sus habitantes.
Con el tiempo, las cosas cambiaron. La clase política rebasó a los maestros y dejaron de ser lo que siempre fueron: el ejemplo a seguir.
A partir de 1999, año en que el PRD ganó las elecciones, la Secretaría de Educación Pública fue ocupada por maestros políticos muy identificados con la izquierda. Y se puede afirmar que, desde entonces, esa dependencia dejó de ser orgullo de los sudcalifornianos.
Llegaron, entre otros, Omar Castro y Víctor Manuel Castro, más guerrilleros que políticos, sin una base humanista que pudieran influir en la educación del pueblo. Tomaron el cargo como plataforma para alcanzar otros objetivos, también de tipo político.

Descortesía

El actual secretario de la SEP, Héctor Jiménez Márquez, sin ese lustre, sin ese prestigio, que tuvieron los maestros sudcalifornianos, tuvo un acto de descortesía para el Grupo Reflexión. Fue invitado a la sesión anterior, pero no asistió. Y lo más grave: ni siquiera se disculpó. Es decir, el Secretario de Educación Pública demostró que no tiene la menos educación. El Grupo Reflexión es la voz y la conciencia de la sociedad y merece, al menos, una explicación.

¿Usted le cree?


¿Usted le cree a Rosa Delia, amigo lector, al decir que su hermano del alma y conductor de su vida política, Leonel, ya no es perredista, que ya no tiene más su grupo incrustado en el PRD local y que no determina el accionar de este partido? Yo tampoco. ¿Usted le cree a Rosa Delia al afirmar que no necesitan aliarse con el PAN sudcaliforniano para ganar una elección? Yo tampoco. No cabe duda que se aprecia a lo lejos la desesperación por tener el manjar tan apetitoso que representan para el clan Cota Montaño las posiciones políticas y administrativas que se manejarán en la madre de todas las elecciones en Baja California Sur, como lo serán las del año 2015, en que se renovará el Poder Ejecutivo Local, la totalidad del Congreso y los cinco Ayuntamientos. Por sus afirmaciones en los medios, por sus estrategias electorales adelantadas y por sus acercamientos con algunos personajes panistas de la localidad, así lo demuestran. Si no fuera por la animadversión que tiene López Obrador por todo lo que huela a panismo, seguramente lo buscarían, como lo hicieron en el pasado, para que, junto con el Movimiento Ciudadano, unirse en un frente común electoral los amarillos, los azules y los anaranjados en contra del odiado PRI y sus posibles aliados, como el Verde Ecologista y Nueva Alianza. Los Cota Montaño ya presentaron, muy anticipadamente, su juego, sus cartas y su estrategia político-electoral. No hay nada nuevo bajo el candente sol sudcaliforniano. Son los mismos argumentos que manejan desde que el Zar de ese clan, Leonel, fue Presidente Municipal de La Paz, desde ahí catapultado a una Diputación Federal y, después, para desgracia de los nacidos o por adopción de esta tierra, gobernador del estado. La piedra está en el camino, no se ha movido, sería una real equivocación de los sudcalifornianos tropezarse de nuevo con ella… Hasta el lunes. Dios los bendiga a todos.

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