lunes, 8 de julio de 2013

Blanco y Negro

Como moderno Hernán Cortés, Héctor Montaño colocó un pie en Cabo San Lucas, besó la playa y consideró reconquistada la parte sur de la península.

Como se sabe, “el Negro” Montaño fue desterrado por Leonel Cota junto con casi 80 sudcalifornianos.

Todos se refugiaron en la Delegación del Issste, en el Estado de México, bajo el brazo protector de Rubén Muñoz.

No todos lo agradecieron. Algunos le mordieron la mano, en lugar de agradecerle y le jugaron las contras en fecha reciente.

Quedé medio escamado, con el último susto. Y entrego, ya tarde, estos comentarios. Pido disculpas.

No sé si usted lo crea, pero Bernardo Arellano asegura que no es peleonero. Más detalles con Jesús Ojeda.


Buenas noticias trajo para el PRI, el dirigente nacional. Por lo pronto, dice que habrá más recursos económicos. A ver si es cierto.

Agradezco profundamente la llamada de mi amigo Marcos Covarrubias, con motivo de mi salud.


Es estimulante saber que se cuenta con la clase gobernante, en casos como éste. Muchas, muchas gracias.

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