martes, 23 de julio de 2013

Blanco y Negro

Cuando Ricardo Alemán, me entrevistó para Televisa, antes de las elecciones del actual gobierno, predije que el PRD perdería.

No fue necesaria una esfera de cristal para adivinar el resultado: el pueblo estaba harto del partido amarillo, de sus gobernantes y de sus familias.

El nepotismo fue, como el lector recordará, una de las características del gobierno de Leonel y de Narciso.

También, el agandalle, la represión, la indiferencia hacia la sociedad y el respeto a los valores propios de Sudcalifornia.

Los paceños y los sudcalifornianos, cayeron en las mentiras de Leonel. Y pronto se dieron cuenta de que era vil demagogia.

Narciso ganó la elección siguiente por la imposición de Leonel. Pero también Narciso resultó insensible, ajeno al pueblo, lejano de la sociedad.

Entonces, en esas condiciones, era imposible imponer a Luis Armando Díaz, como títere en el gobierno. Era una extensión del populismo trasnochado.

Por eso, decía yo, era fácil adivinar el futuro. El PRI debe cuidar todos los flancos de la próxima batalla. Debe recobrar la confianza de la sociedad.


La situación pudiera resultar fácil, si Enrique Peña Nieto realiza una buena labor en la presidencia, como lo está intentando y logrando en algunos aspectos.

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