El Peje y el Arca
Andrés Manuel López Obrador es el
nuevo Noé con su Arca, según la moderna y sagrada escritura firmada y
autorizada por él y por nadie más. Es el nuevo salvador de las especies. Solo
le falta una tormenta a raudales para navegar en aguas turbulentas cuyo destino
será su rancho La Chingada en el sureste mexicano, iniciando en las playas de
Marcelo Ebrad en el DF, pasando y navegando cual gondolero veneciano y cantando
Oh Sole Mio por el al Rió Grijalva de las tierras del plátano y del edén. En
esta nueva Arca, el Noé rejuvenecido con cremas cicatricure y agua de ocote,
albergara todo lo necesario para presentarse como el ganador, como el iniciador
de una nueva era de prosperidad y de apego a la legalidad. Presentará al nuevo
mundo patos, chivos, marranos, vacas, gallinas, guajolotes y alguna que otra
víbora venenosa con fuero constitucional como Ricardo Monreal y el grupo que lo
acompaña. Este Noé para principiantes embaucara a todo aquel que se deje o que
reciba la dádiva bíblica, según se comenta, para continuar con el peregrinar
político y con la mitomanía asentada en sus designios. Ese es el Peje. Así lo
ha sido y así lo será, for ever end ever, diría un clásico gringo. ¿Y yo
porque?, me contestaría otro clásico nacional. En fin, entre mitómanos, Arcas y
clásicos de la política esta empedrado el camino al infierno. Este México
nuestro que en los últimos seis años solo ha escuchado la palabra
"fraude" de un mal perdedor de elecciones, tiene el derecho de
rehacerse en su vida constitucional o legal mas allá de mesianismos o de
supuestos redentores. Es ahora el tiempo de inicio. Es ahora.
Perdió la izquierda
El candidato perdedor, quien
quedo en segunda posición en la pasada elección del 1 de Julio, Andrés Manuel López
Obrador, es quien real y patéticamente perdió y no la izquierda mexicana en su
conjunto. El tabasqueño es quien, al decir de muchos, se ha auto nombrado el
mesías, el salvador, el rey, el emperador, el redentor de este país sin
pedirle la opinión a ninguno de los
miembros de la izquierda que, quiérase o no, los hay con pensamientos y
actitudes modernas, sin mesianismos y con actitud y aptitud democráticas. Es
por esa razón valida que el único perdedor en esta elección es el nacido en
Macuspana y nadie más. "Cargarle el muerto" a la mayoría a los que
coinciden en la geografía política con el, es, de alguna manera, una traición.
Es muy probable que el grupo mayoritario de los hombres y de las mujeres que
militan en la izquierda mexicana empiecen a deslindarse de López Obrador en la
medida que radicalice aun más, junto con el mitómano de Ricardo Monreal, los
argumentos faltos de credibilidad y de sustancia jurídicas. Mas certero el
comentario será cuando el Tribunal Federal Electoral (TRIFE), como parece
indicar, otorgue el fallo afirmando que las elecciones presidenciales fueron
legales y apegadas al marco normativo. López Obrador, al parecer, se quedara
solo con los rescoldos del Sindicato de Electricistas, con algunos de la
Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación, de los macheteros de
Atenco, del grupo infiltrado de #somos 132, de algunos del Sindicato de
Trabajadores de la UNAM, de algunos intelectuales y actores, de los Panchos
Villas del DF, y de algunos del sindicato que lidera Hernández Juárez. Vaya, ni
Dolores Padierna y su marido, mejor conocido como el señor de las ligas, René
Bejarano, se han expresado públicamente a favor de su otrora jefe querido y
adorado de Andrés Manuel. Al contrario, han sido prudentes, válgame dios, en
sus dichos. Ver para creer. La sabia opinión popular dice que no existe
personaje más solo que un político en desgracia. En ese camino va que vuela López
Obrador y su circunstancia. Pero, conociéndolo, hará todo lo que este a su
alcance para seguir con los reflectores y en la agenda nacional. Su objetivo será
el 2018. Que Dios nos agarre confesados… Hasta mañana. Que el Gran Arquitecto
del Universo los bendiga y los colme de bendiciones a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario