Cuentan que cuando Narciso encontraba alguna cantidad de dinero extraviadona, decía: “una cosa yo me halle, 5 veces la diré, si no aparece el dueño, con ella me quedare”.
Algunos perredistas están pensando seriamente en cancelar su línea telefónica celular, por que nadie les llama.
Y cuando los llaman, generalmente, es para hacerles ingratos recuerdos maternales.
Por cierto que muchos perredistas ya se están curando de la fiebre amarilla y de nuevo se pintan los tres colores del PRI. Los fieles, les dicen.
Dicen sus seguidores, que no son muchos, que Alfredo Reyes Cervantes se calentó como plancha antigua de vapor, porque no fue secretario general.
Y que su jefa lo puso quieto y lo enfrió como la pista de patinaje sobre hielo.
Alfredo, como el coyote de la serie el Correcaminos, cayo siempre en las trampas que le puso a Martínez Mora.
Cuando Chepina gano la elección interna, uno de sus seguidores grito: “ya llego, ya esta aquí, la que va a ingar al PRI”.
Muy poco. Sinceramente no creo que le gane a Peña Nieto. Si acaso, lograra un honroso segundo lugar. Por cierto, el Panal busca una mujer para postularla a la presidencia.
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