martes, 25 de enero de 2011

Política en su Tinta

Recta final

El debate entre aspirantes a la gubernatura, que realizó ayer Miguel Ángel Ojeda, en su programa de radio Panorama Informativo, marcó la recta final. Yo daría un empate entre Ricardo Barroso y Marcos Covarrubias y eliminaría, de plano, a Luis Armando Díaz. Ricardo estuvo bien, con buenas ideas y propuestas realizables. Marcos, desde mi punto de vista, hizo una muy buena propuesta sobre un plan hidráulico, que capte el agua y propicie el desarrollo. Seguramente gustó al auditorio la decisión de Barroso de integrar su gabinete con profesionales y profesionistas. También, seguramente, gustó la propuesta de Marcos de no incluir en su equipo de trabajo, a flojos e ineptos. Las propuestas de Luis Armando Díaz están descalificadas de antemano porque trae sobre sus hombros la pesada carga de ser el candidato de Narciso. Nadie le creé cuando habla de que “en su gobierno” no habrá lugar para la corrupción, de que se respetará el Estado de Derecho y que se rendirán cuentas claras al pueblo. Demagogia pura. Todos sabemos que Luis Armando fue un rotundo fracaso como alcalde, que es el padre de las invasiones en Baja California Sur y que formó parte de un gobierno nepótico, corrupto y poco rendidor de cuentas. Así que, pues, estamos seguros de que el pueblo lo conoce muy bien y no votaría por él. Luis Armando representa al extranjero vividor, poco decente, que busca el poder no para ejercerlo en bien del pueblo sino, para enriquecerse.

Ricardo y Marcos


Ricardo, con su falta de experiencia representa una esperanza para el pueblo, de ejercer un gobierno honesto, limpio, transparente y buscando mejorías, en todo sentido. Marcos, es el representante de un partido que tiene como premisa el bien común. Marcos no es el PAN. Es un político que tiene carisma, pero que lleva el estigma de haber sido protegido del actual gobernador, Narciso Agúndez. Si el pueblo se convence de que no es Narciso el que gobernará a través suyo, la gente votará por él. Por eso decimos que la gran final será entre Barroso y Marcos. El pueblo escogerá a uno de ellos. Uno representa el cambio total y absoluto, y el otro la posibilidad de ejercer el poder sin la intervención de Narciso. Ese es el reto de Marcos.

El cambio

En fecha reciente, en una entrevista de Ricardo Rocha con Francisco Labastida, el sinaloense le decía al periodista que, cuando se enfrentó a Vicente Fox, la gente quería un cambio. Y el cambio lo representaba Fox. Y, finalmente, los mexicanos “se la jugaron” con Fox. En esta elección el cambio lo representa Ricardo. Estamos a escasos días de que el pueblo acuda a las urnas a elegir a su gobernador, presidentes municipales y diputados locales. Tenemos confianza en que los electores ejerzan, al margen de regalos y despensas, con toda libertad, para llevar al poder a uno de estos hombres. Ojalá que elijan bien. Y que el próximo gobernador, a su vez, se comprometa a ejercer el cargo sin presiones externas, sin compromisos con grupos políticos o de otra índole. Ojalá.

Tintero

Manlio Fabio Beltrones se sumará a la cauda de personajes políticos del tricolor, que apoyarán moralmente a Ricardo Barroso y a los candidatos del PRI-Verde, para que el 6 de febrero el PRI recupere los espacios que, durante doce años, usurpó el PRD. Decimos que usurpó porque, en realidad, ejercen el poder con el mínimo de participación ciudadana, lo que propició que gobernaran para unos cuantos… Hasta mañana. Que Dios los bendiga a todos.

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