domingo, 26 de mayo de 2013

Blanco y Negro


No lo va a creer, pero alguna vez tuve, no uno, sino los dos pies en una tumba. Sucedió en Guasave. Le cuento.

Acompañé al alcalde de Los Mochis, don Oscar Monzón Molina, al entierro de nuestro amigo común Alejandro Ríos Espinoza. También estuvo el gobernador, Genaro Calderón.

Por un descuido, me caí en una tumba a medio construir. Obviamente, hice desesperados esfuerzos por salir.

Cuando el gobernador me vio, dijo a sus acompañantes discretamente: “ahí se está saliendo uno”, ante la risa de quienes lo escucharon.

Ayer estuve recordando un detalle que ocurrió en 1967, en El Debate de Los Mochis. Era un sábado y nada más estábamos el muchacho que hacía el aseo y yo.

No había personal administrativo. Mientras barría mi amigo Memo Lugo, oía la insistencia del teléfono. Lo dejó sonar varias veces y tomó la bocina.

“Ah como inga, buenos días”, respondió. Le contestó una voz furiosa y tuvo lugar el siguiente diálogo.

-        -  ¿Quién habla? - Dijo la voz.
-        -  De aquí para allá, Memo Lugo. ¿Y de allá para acá?
-        -  Soy Moreno Rivas. ¿Por qué caones contestas así?

Vi, que Memo tiró la bocina y salió despavorido. Nunca más regresó al periódico. Moreno Rivas era el dueño del periódico y los empleados y sus amigos le decían “Moreno Rabias”.

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