martes, 2 de septiembre de 2014

Blanco y Negro

“Como decíamos ayer”, dijo el ilustre Fray Luis de León. Gracias, muchas gracias por preocuparse por mi salud.

Y aquí estamos, no sabemos por cuánto tiempo más, con todo el entusiasmo del mundo, tratando de hacerlos sonreír.

No lo va a creer, pero el hoyo que se hizo en el pavimento en la esquina de Forjadores y 5 de febrero, estaba muy profundo.

Tanto, que hubo quienes afirmaban que ya salían de ahí cabecitas chinas y japonesas.
Como ha cambiado, en unos días, nuestra querida Paz.

Y por si se nos olvida, la plaga de sicarios que nos ha caído nos lo recuerda a cada rato: ¡Pas! ¡Pas! ¡Pas!

Así que, hay momentos en que nos sentimos como si viviéramos en la Franja de Gaza, zona de conflicto entre Palestina e Israel.

De ese tamaño es el miedo. De ese tamaño es el temor. Descanse en paz, La Paz.


Y pensar que, hasta hace algunos días, La Paz era el mejor lugar para vivir. Ahora es el mejor lugar para morir.

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