Los hay sinceros, atentos, amables, cordiales, serviciales.
Los hay falsos, demagogos,
embusteros, prometedores e incumplidos.
Hay políticos que toda su vida mienten, pero ni lo reconocen ni
aceptan.
Una vez uno de ellos me dijo: “ya
decidí, Raúl, no mentir más”. Fue la última mentira que le escuché.
Hay políticos humildes, que no le dan tanta importancia al buen vestir
y mejor calzar. Así son felices.
Hay políticos que sueñan con
tener poder, dinero, lujos, comodidades, y lo consiguen a base de mentir.
Hay políticos que son verdaderos ejemplos de honestidad, que practican
esa virtud toda su vida.
Y hay políticos que no conocen la
vergüenza, que no la conocerán nunca y están convencidos de que son la mejor
especie.
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