Señoras y señores: estamos a punto de ver la más encarnizada lucha
intestina por la gubernatura.
Aunque sonrían por encima de la
mesa, los pretensos estarán pateándose las espinillas para llegar en primer
lugar.
Sinceramente pienso que será la pelea interna más intensa de toda la
historia de Sudcalifornia.
A pesar de todo lo que se diga,
cada uno de los tres contendientes tiene aspiraciones firmes y la decisión de
lograr la candidatura.
Al monstruo de la amenaza de la división interna, se enfrentará Zamora
Jiménez, para evitar no solamente el golpeteo interno, sino para consolidar el
regreso al PRI a la gubernatura.
Si no se evita la desunión. Si no
se fortalece la unidad, el PRI perderá la oportunidad y cederá su lugar a un
partido de oposición.
De todos y cada uno de los priístas depende el regreso al poder. Habrá
que evitar envidias, insidias, golpes bajos, rencores y traiciones.
De ese tamaño es la
responsabilidad del delegado y la tarea personal de cada priísta en Sudcalifornia.
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