Una lectora frecuente de este espacio me
preguntó que si cuál es el baile predilecto de los perritos. Ante la falta de
respuesta me dijo: el can-can.
También me aseguró que
si aplicara el impuesto de Sonora en La Paz, se haría una buena recaudación por
los burritos que hay en muchas dependencias.
Finalmente, me dijo que sería una magnífica
idea que los diputados pagaran impuestos por cada mentira que echan.
Pudiera ser que el
impuesto de aplicara por distritos electorales y que cada diputado registre el
número de mentiras por el número de su distrito.
Así, por ejemplo, Omar Zavala tendría derecho a
solamente cuatro mentiritas. Fregada la del primero.
No se si usted se
habrá fijado en que los burócratas siempre piden aumento de salario pero nunca
se comprometen a trabajar o a hacer mejor las cosas.
Dicen los que saben que no quedo ninguna duda
del papel que hizo Rosa Delia como alcaldesa. Dudas, no. Deudas si, muchas.
A propósito de deudas
qué cómodo resulta distraer fondos públicos en dólares y pagarlos en pesos y en
abonos. Te hablan, Narciso.
La última de mi nieto Carlos Andrés. Cuando
está de buenas y pregunto ¿dónde está mi viejo? Me responde: aquí toy. Y cuando
está de malas me dice: no se.
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